En el sentido deontológico del término, la restauración respeta al máximo la preservación de la información patrimonial, la autenticidad de la obra, su historia (huellas de uso, cuando no alteran otros valores) y su patina, pero también los materiales originales y su información tecnológica. Siempre respetando la legibilidad y reversibilidad de nuestras intervenciones. Hay varios niveles de intervención:

Curativa: cuando se trata de eliminar simplemente las alteraciones nefastas para una buena conservación de la obra como por ejemplo la suciedad que favorece el desarrollo de agentes contaminantes y el cambio del pH de la superficie de la obra, la inestabilidad en la estructura, la fragilidad, etc..

Estética: una vez estabilizada la obra, se trata de restituir su legibilidad, como por ejemplo, sus decoraciones, sus policromías, etc..

Funcional: cuando estimamos que no pone en peligro la obra, establecemos entonces límites razonables a su uso en función de criterios mecánicos como por ejemplo: resistencia de los materiales, de los ensambles, etc... Acompañándolos de una lista de preconizaciones precisas (utilización ocasional para un instrumento musical, utilización de guantes, limitación a la exposición de la luz, etc..).

Tipificación de las especies de madera gracias a un enfoque xilológico. Identificación de los materiales, barnices, capas de policromía y adhesivos utilizando procesos y análisis de laboratorio. Medición de los grosores de la chapa, huellas de las herramientas y tantas pistas que nos permitan aportar información sobre el aspecto tecnológico de la obra. Investigación de las diferentes etapas de fabricación de la obra a través del estudio de su estructura y de sus ensambles, recogidas gracias a la información histórica y a la experiencia acumulada por el artesano de arte.

Muestra del espectro vibratorio de las tapas armónicas y análisis de sus modos de vibración mecánica. Para los instrumentos antiguos, este estudio nos permite realizar una observación vibratoria del instrumento y un seguimiento periódico para detectar una pérdida de información acústica. El análisis de los modos de vibración también permite identificar la singularidad vibratoria de la tapa y controlar nuestras intervenciones de restauración.

Nos podemos plantear el iniciar un proceso de facsímil cuando el interés funcional de una obra esté en juego durante el proceso de restauración y con el fin de aportar información precisa sobre su uso pasado, o bien cuando se trata de una pieza única cuya función se desconoce y si la obra no permite restituir su funcionalidad. Es un procedimiento con el cual se enriquece la documentación técnico - científica de la obra. Disponemos de las competencias y del saber-hacer para llevar a cabo la realización de un facsímil en nuestros talleres gracias a la colaboración de artesanos.

Con el fin de establecer la mejor estrategia para la preservación de las obras de arte, nos ocupamos de controlar los factores de riesgo para crear un entorno lo más apto posible para la conservación de las mismas. Estudiamos el estado actual del espacio en el que se encuentran gracias a medidas climáticas (temperatura, humedad relativa…) y de la exposición a los nefastos rayos de luz, e inspeccionamos también la presencia de agentes biológicos. Una vez apuntados los diferentes niveles de alerta, establecemos una estrategia para mejorar esos factores de riesgo, proponiendo una nueva organización, utilización de materiales de conservación apropiados, sistema de control eficaz y la instalación de materiales aptos para limitar los factores de degradación de las colecciones. Nos ocupamos también de la organización del espacio de movilidad y de accesibilidad de las colecciones y de la prevención de riesgos de los almacenes (Incendios, inundaciones, seguridad, etc.).

Las señales evidentes de presencia de un ataque biológico de insectos xilófagos revelan un estado avanzado de la infestación. Los huevos de estos insectos pueden quedarse durante largos periodos adormecidos antes de elegir el momento oportuno para su desarrollo en el seno de las fibras de la madera. Es en este momento cuando la larva empieza a alimentarse de madera. Al final de su ciclo, cuando se transforma en insecto, cava un orificio de salida para dejar su entorno de desarrollo. El ataque es muy difícil de diagnosticar simplemente por la presencia de estos orificios de salida. Hoy no existe ninguna manera de averiguar con certeza la presencia de huevos o larvas en las obras. En caso de duda, un tratamiento curativo puede prevenir futuros ataques biológicos de este tipo. La anoxia es una intervención no intrusiva sin aporte de productos químicos, ya que se trata de privar al aire del oxígeno necesario para el metabolismo de las larvas durante un tiempo adecuado.